Hoy desde el Centro de Psicología de Jano García Trabado, nuestro centro de psicología en Pontevedra, queremos abordar un tema que puede resultar abrumador para quienes lo experimentan y desconcertante para aquellos que lo observan: los ataques de pánico. Si alguna vez has sentido que tu corazón late aceleradamente, tus manos sudan, tu respiración se torna entrecortada y una sensación de miedo intenso te invade sin previo aviso, es posible que hayas experimentado un ataque de pánico. Vamos a adentrarnos en este laberinto de emociones para comprenderlo mejor.
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es una respuesta de ansiedad extrema y repentina que surge sin razón aparente. Es como si el cuerpo y la mente se sintieran atrapados en un torbellino de miedo intenso y descontrolado. Aunque la duración de un ataque de pánico varía de una persona a otra, puede sentirse como una eternidad en medio de la angustia.
Los efectos de un ataque de pánico
Cuando el pánico se apodera de alguien, el cuerpo entra en un modo de respuesta de lucha o huida, liberando una cascada de hormonas como la adrenalina que prepara a la persona para enfrentar una amenaza. Sin embargo, en el caso de los ataques de pánico, no existe una amenaza real. El cuerpo simplemente reacciona ante una percepción errónea de peligro, lo que puede llevar a síntomas físicos y emocionales angustiantes:
- Palpitaciones y sudoración: El corazón comienza a latir rápida y fuertemente, mientras que las manos y la frente se cubren de sudor frío.
- Dificultades respiratorias: La respiración se torna rápida y superficial, provocando una sensación de ahogo o falta de aire.
- Temblor y mareos: Las piernas pueden temblar y la persona puede sentir vértigo o inestabilidad.
- Sensación de irrealidad: La realidad puede parecer distorsionada, como si la persona estuviera desconectada de su entorno.
- Miedo a perder el control: El miedo intenso a que algo terrible pueda ocurrir o perder la razón puede aumentar aún más la angustia.
¿Cómo actuar ante un ataque de pánico?
Si conoces a alguien que está pasando por un ataque de pánico, la empatía y el apoyo son fundamentales. Aquí te ofrecemos algunos consejos para ayudar a alguien en medio de una crisis:
- Mantén la calma: Es natural sentirse nervioso al presenciar un ataque de pánico, pero tratar de mantener la calma te permitirá ser de mayor ayuda.
- Valida sus sentimientos: Asegúrale a la persona que lo que está sintiendo es real y válido. No intentes minimizar su experiencia o decirle que se calme.
- Anima la respiración profunda: Invita a la persona a respirar lentamente contigo, inhalando profundamente y exhalando despacio. Esto puede ayudar a reducir la intensidad del ataque.
- No fuerces la situación: No intentes obligar a la persona a enfrentar sus miedos en ese momento. Dale tiempo y espacio para que se recupere.
- Ofrece ayuda profesional: Si los ataques de pánico son frecuentes o interfieren con la vida diaria de la persona, sugiere buscar ayuda profesional. Un psicólogo especializado en ansiedad puede brindar herramientas efectivas para manejar estos episodios. En nuestro centro de psicología en Pontevedra tenemos herramientas para ello.
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Los ataques de pánico pueden ser una montaña rusa emocional, pero es esencial recordar que son tratables y que no estás solo en este camino. Si tú o alguien cercano está lidiando con ataques de pánico, no dudes en buscar apoyo profesional para aprender a navegar este laberinto de emociones y recuperar el control de tu vida. En el Centro de Psicología de Jano García Trabado estamos comprometidos con tu bienestar emocional y podemos ayudarte en cualquier momento.